miércoles, mayo 31, 2006

Seducción Fatal

Era una noche muy fría, el bar tenía algunas pocas mesas ocupadas en los rincones más oscuros del salón. Una hermosa mujer se acerca felinamente a la barra, se relame el labio superior, le guiña el ojo al barman y lo llama moviendo con languidez los dedos índice y anular de la mano derecha.

Cuando él se acerca, ella le acaricia su tupida y boscosa barba murmurándole al oído:
"¿Eres el encargado del bar?"
"Para ser sincero no, pero..."
"¿Me lo puedes llamar?, Necesito hablar con él"

Le pide ella deslizando sus manos más allá de su barba y acariciando con dulzura los lóbulos de sus orejas, sus cabellos y haciendo cosquillas alrededor de su incipiente calva.

"Lo lamento pero no está." responde el barman, babeando excitado, agrega
"Pero yo puedo ayudarte en lo que necesites."
"Claro que puedes... Necesito que le des un mensaje"

Mientras habla con voz dulce, la mujer lleva despacio dos dedos hacia los labios de él acariciándole las encías, metiéndoselos en la boca y dejando que los mordisquee y los chupe con delicadeza. Y finalmente dice:

"Por favor, dile que no hay papel higiénico en el baño de mujeres y que me tuve que limpiar el trasero con los dedos..."

Sacado de la red.

jueves, mayo 25, 2006

No Importó Que Me Negara

Para mi, crecer y madurar siempre fue una frustración por una razón que considero muy sencilla: simplemente no quería. Quedarme siendo un niño cruzó mi mente tantas veces que me hice a la idea de que siempre sería así. Pero como es ley de vida, no es algo que podamos elegir hacer sino que nos tocó para bien o para mal. Me inclino más por la segunda.

Y aunque esto último es inevitable, de cierta manera me rehusaba a reconocer que ya las cosas no son como antes; que hay responsabilidades, metas y sueños por cumplir amén de los obvios cambios físicos y mentales que conlleva “el crecer” y que le hace a uno muy difícil hacerse el de la vista gorda. No voy a negar que también quise crecer por lo de entrar a las discotecas, que beber, que los burdeles, etcétera, pero siempre quise ser un niño más que todo.

Ya el tristemente recordado destino me había puesto en frente cientos de situaciones en las que se me aseguraba la rendición ante esta realidad. De pronto ya no es "Joven" sino que empiezan a llamarte “Caballero”, “Señor”, en mi caso “Ingeniero”, siendo esto lo mínimo, para no cansarlos con mencionar situaciones cotidianas que si son bastantes.

Pero particularmente, lo que me hizo reflexionar a la edad de 25, hace solo dos años, fue algo que me sucedió irónicamente con una niña. Resulta que luego de una tarde de jugar muchísimo basketball del malo, (nunca se ha jugado un basket tan cácara en esta ciudad) se me ocurre entrar a una “bodeguita” que había cerca de la cancha. Mientras pedía una bebida al dueño del negocio, una niña de apenas 4 o 5 años de edad, me hala de la camiseta y me dice:

Niña: “Señor, señor por favor dígale a Miguel que dice mi mamá que le mande la cosa”
Yoyo: <<¿MMhhh?>>
Niña: “¿Señor...?”
Yoyo: <<¡Ohhh!>>Dime linda…

Resulta que esa misma edad tenía yo cuando solía llamar a la gente “grande”. Desde entonces, decidí encerrar a mi niño y convertirlo en lo que la mayoría llama hoy en día niño interno.

viernes, mayo 19, 2006

Mi Auto-Retrato

No me pude negar a la petición de mi pana Sassy_G asi que ahí les va:

Cuatro de mis comidas favoritas
Cualquier Forma del Plátano con muchas cosas
Pizza
Pan en casi todas sus formas
Comida Chatarra
(nótese que he dejado el arroz fuera de esto)

Cuatro sitios Web que visito a diario
DiarioLibre.com ya que no tengo tiempo o cuartos pa’ comprar periódico
Google.com, también la uso diariamente
popularenlinea.com.do, siempre hay que sacar cuentas
Los blogueros

Cuatro sitios donde quisiera estar ahora
En mi casa, en el 1985
De vaca en Barahona
Acota’o, seguro que si
En el lugar aquel

Cuatro trabajos que me gustaría tener
Gerente de informática del Popular
Haciendo lo que sea en Cisco
Trabajar con un senador y que me haga caso
Tecnología en el Army (Reserve)

Cuatro platos que detesto
A nadie le deberían gustar las Tayotas, asi que ningún plato que las lleve.
Moro de Güandules
El Asopao
Lo que sea que incluya Berenjena guisada

Cuatro posibles primeras impresiones que causo
Antipático
Indeseable
Antipático pero accesible
Indeseable pero tratable
(solo la primera impresión)

Cuatro bebidas favoritas
Cerveza
Refresco
Mucha Agua
El viejo Cuba Libre (o Moca libre si lo preparas con refresco imperio)

Cuatro cosas que me encanta hacer y que no tienen que ver con mi carrera
Ver TV (o cambiar mucho de canal)
Comentar acontecimientos
Practicar Deportes
Leer

Cuatro cosas para lo que estoy negado hacer
Ser irresponsable a propósito
Viajar muy lejos
Comer asopao
No decir lo siento

Cuatro cosas que colecciono
La lección que aprendí cuando perdí una amiga
Camisa autografiada de todos los panas de la primaria
Algunas cátedras de algunas materias que di en la uni
Unos programas en Turbo C, que por cierto no recuerdo donde están

Cuatro canciones favoritas
Corazón Espinado – Santana/Maná
Mientes También – Sin Ban-fucking-deras
This I promise You – ‘N-Sync
I don’t wanna miss a thing – Aerosmith
(Y un viaje más)

Cuatro libros favoritos
Caballo de Troya 1
Who moved my cheese?
La Conspiración
El Código DaVinci

Cuatro personas para seguir esta cadena, sólo si quieren aceptar, porque sé que no a todos les gusta.

De hacerlo hacerlo, me gustaría que fueran Karicias, Leo, ««Ãŗiǻdņe»» y *..Jeru...* pero quien quiera hacerlo, también se puede untar.

miércoles, mayo 17, 2006

Déjenme En Mi Pasado

Ya recuerdo yo como era mi vida hace como 83 años atrás: todo era menos acelerado y la gente te respetaba solo porque eras un hombre serio. Era posible dejar la puerta de la casa abierta de par en par y dormirte sin temor a que pasara algo. De hecho, ni siquiera pensabas en que algo malo te pudiera pasar.

Abundaban los piropos bien intencionados, las mujeres elegantes, educadas, el deseo de prosperar, el respeto a los demás y la buena fe de las personas. Acabábamos de salir de Lilís quién fue sucedido por Horacio Vásquez para luego caer en Trujillo, pero no nos importaba porque éramos felices y sin preocupaciones mayores más que las enfermedades de no sabíamos explicar. Si no te metías con “El Jefe”, no tenía porque pasarte nada. Creíamos en todo. Llámenlo ignorancia o falta de educación, pero eran mucho mejores tiempos.

No me explico como diablos hemos llegado a vivir como vivimos hoy en día. Todo es juyendo y no hay manera de que se te respete aunque seas el mismísimo Jesucristo en persona; no se te ocurra dejar la puerta de tu casa abierta ni por error, ya que son capaces de robarte a ti mismo si es posible y dejarte tira’o por ahí. No se puede dormir pensando en la maldita delincuencia.

Hemos tenido que hacernos a la idea de cómo desfiguraríamos nosotros mismos a aquel delincuente que nos llegase a hacer algo a nosotros o a alguien de nuestra familia, ya que con la policía no se puede contar (mejor contar con los dedos). “Córtame el cable que eh roba’o”. Oigan que maldita pieza literaria; eso es supuestamente un piropo hoy en día.

Recientemente Balaguer, luego Leonel para caer en Hipólito y volver con Leonel. No hay día que uno no le dé mente a esos azarosos que se han encargado de acabar poco a poco con la pobreza. Exacto, so mismo.

Si me preguntan a mi, preferiría quedarme como hace más o menos 83 años y no como ahora, con el perdón suyo.

jueves, mayo 11, 2006

Algo Se Me Está Escapando...

Tan reciente como hace sólo un mes, estaba por ahí cerca del monumento a la paz de Trujillo, digo a los héroes de la restauración, comprando cualquier cantidad de comida chatarra para ver un juego de basket en la TV más luego esa noche (lo que pasa es que recién vi la película La Fiesta del Chivo y se me ha quedao).

Resulta que en el lugar aquel, me encuentro con un pana que hacía mucho no veía. Luego del elemental protocolo de saludos y cosas por el estilo, me pongo en lo mío de esperar lo que pedí. En eso, no puede evitar escuchar parte de la conversación que tenía el individuo en cuestión con una chama súper linda que estaba parada justo al lado de el.

Elemento: ¿Y qué pasó después?
Chama: Ná’, el me dejó allá y fue la última vez que supe de el.
Elemento: Por lo mismo tanto, eso ya no le da derecho a el de querer forzar el mingo contigo.
Chama: Si... pero lo que pasa es que el es muy celoso y...
Elemento: Olvídate del tango que Gardel murió... eso se resuelve. Si con el tipo que tu te metas te aprecia y te valora como lo que eres, el sabrá defenderse; más se perdió en la guerra y todavía ‘tamo vivo.
Ambos: Ja ja ja ja ja.
Yoyito: ¿¡Qué!? Pero... ¿¡y esta muela de 2 pesos!? ¿Y hay mujeres que caen con esa vaina?

Estoy seguro que escuché más de ahí, involuntariamente claro está, pero les puedo asegurar que las cosas se ponían peores. Además, es todo lo que puedo recordar. El asunto es que recojo mi orden, me despido de los dos con un diplomático “nos vemos un día de estos” y arranco a ver mi partido.

En esta semana, me encuentro en el supermercado con los dos, CASADOS (increíble) y con ella sospechando que está embarazada. Entonces, yo me pregunto ¿era una muela barata o existe algo de lo que me estoy perdiendo?

sábado, mayo 06, 2006

Decidí Despertar

Todo parecía haber estado escrito en un guión desde el principio mismo. Qué tiempos!

De pronto sientes que todo lo que haces es solo el resultado de repetir lo mismo miles de veces hasta el bendito cansancio. Pero lo sientes sólo si te sucede algo que sacude toda tu existencia. La muerte, por ejemplo. O que metas la pata tan a fondo que creas que te quedarás si ella.

Te das cuenta de que te quedas sin aliento cuando aún no es necesario respirar. Todos pasamos tarde o temprano por etapas en nuestras vidas que de cierta forma definen el rumbo de la misma y depende de uno despertar a una vida diferente para evitar la rutina. La f****** rutina esa.

No pretendo seguir escuchando lo que tiene que decir el destino; escribiré de ahora en adelante lo que él tenga que decir. ¿Por qué atravesar por una experiencia desagradable para darte cuenta que no se trata de un cuento de hadas? ¡Por qué! Por mi bien me digo que no lo haré otra vez, pero sé que no lo puedo evitar. No puedo.

Seguiré mis andanzas como siempre. Aunque no como siempre. Esta vez prestaré más atención a los malditos detalles. Y aprenderé. Comenzamos otra vez destino, pero esta vez, la bola esta de mi lado.

Decidí despertar.

martes, mayo 02, 2006

A Cualquiera Le Pasa

Un día de estos últimos, me dispuse a tomar el típico medio de transporte público que por años a movilizado a miles de cientos de santiaguenses: el viejo concho.

Haciendo la señal correspondiente, como mandan las normas, mando parar una de las unidades para abordar y resulta que está “extrañamente” vacía. Procedo, tal cual dice en el manual de las normas conchoriles, a montarme delante junto con el chÓfer. Una o dos esquinas más adelante, nos paramos a montar una humilde ciudadana y es cuando me doy cuenta que aún no he pagado por lo que paso un cincuenta al tipo para que me cobre. Como es costumbre en algunas mujeres, no importando que el vehículo este totalmente desierto en la parte trasera, abre la puerta para montarse al lado mío.

Demás está decirles que estaba algo sobre peso porque esas cosas suceden sólo con seres humanos de contextura física algo exagerada. Otra vez, me refiero al manual del buen uso de un carro de concho, y me desmonto para dejar a la joven sola junto al chÓfer y me paso atrás por aquello de la lucha, el pique potencial y mi problema de costilla fracturada.

Como casi siempre nunca estoy pensando en la cambio (muchas veces me han tumba’o por estar paraleleando entre universos) decido ponerme en eso y le digo al chÓfer que no me a devuelto.

-- “Si, yo sé, lo que pasa e que no tengo menudo”
--«Cuarenta pesos menos»
--“No se apure, allí lo cambiamo”

--"No se preocupe"
--«Mielda»

En eso, llegamos a un semáforo en rojo y se le para otro vehículo al lado:

--“UUUeeeeyyyyyy!!!”
--“Hey dime!!!”
--“Y la chamaquita de anoche?”
--“Encendía, loco encendía”
--“Pero... se hizo el asunto?”
--«Cómo el “asunto”? y eso se habla así delante de la gente?»
--“Se volvió ná’... y a ti te salió algo?”
--“Tu sabe que yo soy un montro”
--«Ete maleta no le salió ná’»


Los dos se rieron sabrá dios de qué y mientras yo dándole cocote a los 40. Luego de varios intentos fallidos tratando de cambiar el dinero, y de escuchar como la “Glubby”, de entremetía, le preguntaba al chÓfer donde era el asunto de anoche y de que se trataba, llegamos a otro semáforo. Se montó otro pasajero, creo. Por supuesto en la parte trasera, junto a mi, como mandan las normas (algún día postearé dichas normas).

Mientras, seguía repitiéndome:
«Ete lo que ‘tá e por quedarse con lo chelito, qué vaina»
En eso se le paró otro carro al lado.
--“Montro, cámbieme eso pá' devolverle al príncipe aquí”
--«No me allante no»

Claro, no pudo cambiarlos.

Ya faltaba poco para quedarme y no pensaba decirle nada hasta ver qué me decía. Justo una esquina antes de donde me quedaba, el tipo logró cambiar el dinero y le digo:

--“ChÓfer, en la próxima me quedo”
--“Príncipe vea, ecúseme, pero usted sabe”
--“No ombe, yo sé ‘tese tranquilo” «Pendejo»

El tipo me devuelve, la momia que se montó último también se quedaba y mientras me estoy desmontando, alcanzo a escuchar a la size 48 preguntarle al driver si la fiesta era con música en vivo. Buej... luego de darle un boche a un carajito que todos los días me da una tarjeta de descuento de Óptica Almánzar, decido verificar mi devuelta para confirmar: eran 90 pesos.