domingo, agosto 16, 2009

El regreso!

Gente:

Luego de una larga y prolongada ausencia, pretendo hacer un "comeback" a lo de escribir estupideces acerca de cosas que poco interesan, solo que esta vez lo tomaré como algo terapeutico y no un compromiso como lo asumí en principio.

Espero, sinceramente, que a nadie se le ocurra leerme pero si eso sucede, bueno, bienvenido sea.

Ah! se me olvidaba, la novelita "Neoria" la terminé, pero no creo que publicarla sea sano =(

Perdón a las 3 personas que la seguían.

Hasta luego.


Tags:

sábado, noviembre 04, 2006

Neoria - La Llegada (Cont.)

El viento que atravesaba el cristal roto del baño, desdibujó su ya palidecido rostro. En efecto, alguien había penetrado su habitación mientras dormía.

– Esto tiene que ser un error –

Avanzó hacia la habitación y alcanzó ver una toalla ensangrentada en el suelo propiedad del hotel. El perpetrador la utilizó para romper en vidrio de la ventana que por razones de seguridad la administración decide mantener cerrada todo el tiempo.

– Tamaña seguridad, un cristalito de azúcar – Se dijo.

Al entrar, analizó las cuatro paredes como en busca de alguna pista que pudiera luego utilizar para aclarar lo que acababa de suceder. No corrió con suerte.

Echó un vistazo fuera y notó algo extraño. No era posible salir por la ventana sin caer al vacío hacía una muerte casi inminente ya que afuera sólo había una especie de hendidura que recorría horizontalmente todo el piso y servía de adorno a la fachada principal del hotel. Miró hacía arriba y notó que los balcones de las habitaciones del nivel último eran humanamente imposibles de alcanzar desde esa distancia pues el salto debería ser de al menos 10 metros para alcanzar las rejillas. Como era de suponerse, no hay escalera de escape en caso de emergencias.

– Diablos, no hay siquiera una cuerda colgada; ¿es que no existían emergencias en aquellos días? –

Creyó escuchar un sonido fuera de lo común proveniente de la azotea y sin pensarlo dos veces se dispuso subir. Aún en sus pijamas de algodón color verde y pantuflas en combinación, como casi todo lo que viste, corrió hacia el bulto de donde extrajo la pistola para hacerse de un suéter y su teléfono móvil.

Al abrir la puerta, tropezó con un empleado de servicio y ambos cayeron al suelo. El arma se le resbaló y fue a parar al lado de un bote de basura ubicado justo a los pies de las escaleras que dan con el cuarto nivel.

– Disculpe señorita –
– No, por favor, la culpa es mía por no fijarme –
– ¿Y eso? – Le pregunta señalando el arma en el suelo. – ¿Está todo bien señorita?¬ – Luego de reponerse, el servicio caminó hacia el bote de basura a recoger el arma y mientras lo hacía, dejó caer disimuladamente lo que parecía ser un pedazo de papel. Ella no lo notó.

– Esteee, si, todo está bien – Mintió por desconfianza. – Es que escuché algo y usted sabe, una tiene que estar prevenida pues nadie sabe –
– Aquí tiene, guárdela y no se meta en problemas –

Mientras recibía el arma, presintió que algo andaba mal. El atuendo que vestía el joven si bien concuerda con los del servicio, había algo sobre su actitud que le parecía del todo sospechoso.

– Disculpe, ¿me podría dar su nombre? –
– Está en mi identificador señorita, Mhu Kehn, ¿segura que no quiere que la ayude? –
– No, gracias, pero ¿podría por favor informarle al encargado que quisiera verlo en mi habitación? Es la 3-2 –
– Con gusto señorita –

Mientras el servicio se aleja, introduce la pistola en el bolsillo derecho del suéter mientras no para de pensar en esa sensación de incertidumbre y desconfianza hacia él a la vez que conjuga otro pensamiento ¿un servicio a las 3 de la mañana sin nada que indique qué ha servido? Una vez retirado, ella procede escaleras arriba con el propósito de esclarecer primero el sonido proveniente del techo y ver si se relaciona con la escapada misteriosa y segundo si tiene algo que ver con el encuentro reciente.

El quejido de las escaleras expresado por un molesto chillido podía escucharse hasta cinco metros de distancia en cualquier dirección gracias al silencio de la noche.

Al fin llega a la puerta que da hacia el exterior. Antes de abrirla, saca la pistola del suéter y se cerciora de que el arma esté cargada y lista para utilizarse. Recuesta el hombro ligeramente para presionar la salida cuando de pronto, desde el otro lado de la puerta, un golpe seco pero contundente la sacude y tira escaleras abajo.


Inicio
Anterior - Siguiente
Tags:

domingo, octubre 22, 2006

El Comienzo (Cont.)

– ¡Pero qué rayos! –

Un hombre con aproximadamente 40 años de edad, estatura de no más de 5 pies, aparente nacionalidad Ghinjana, con barba y bigotes tan blancos como la nieve y vistiendo un abrigo de lana estilo gabardina y pasamontañas que cubría su cabellera, se para frente a su vehículo impidiéndole el paso.

– ¡Tiene que ayudarnos! –

Luego de mirarlo fijamente por unos instantes, haciendo ademán de molestia, y mientras se inclina a recoger el teléfono que tiró debido al susto, le responde.

–Amigo, con toda sinceridad le digo, no ando con dinero y no creo que pueda ayudarme siquiera a mi mismo, así que por favor retírese que estoy algo tarde para… – Al levantar la mirada hacia el frente, el sujeto ya no se encontraba. Se salió del vehículo y buscó por todos lados y no alcanzó ver nadie cerca. Mientras meditaba sobre lo sucedido, el claxon de un vehículo que se había detenido detrás suyo lo hizo volver a la realidad pues la luz ya había cambiado a verde.

– ¿Ayúdenos? ¿A qué se referiría ese anciano con eso? – Con solo 20 años de edad, Danny ya cuenta con un prontuario de historias que bien pudieran ser catalogadas de extrañas. Sus amigos siempre le piden que haga anécdotas de alguna que otra vivencia siempre que coinciden en actividades sociales. La que más fama le ha dado en su corta carrera, es la de un político que terminó su matrimonio porque descubrió que su esposa le era infiel con su guardaespaldas.

Danny luego descubrió que todo habría sido planificado por el mismo pues el era quien tenía una relación con su salvaguardia hacía ya varios años antes del escándalo. – Cuando tu padre es un egocéntrico político gay de 55 años de edad, ¿qué mejor que un amigo estudiante de periodismo para confortarte? – siempre concluía el relato.

Una vez en la cede de la embajada, hace un nuevo intentó por llamar a Mari Fer pero es inútil ya que aparentemente el teléfono móvil de ella está apagado o fuera de servicio. – A veces me siento culpable por dejar que ella fuera a ese infierno de pueblo, pero cuando te enfrentas a esta realidad, es fácil olvidar esos sentimientos –

Danny se refiere a la majestuosa edificación que alberga a la embajada de Ghinjana. Construido a principios del siglo anterior y remodelado a la llegada del actual embajador, el edificio cuenta en la fachada con cuatro columnas de 6 pies de ancho cada una. Las de los extremos miden 20 pies de altura y en la cima de ambas se erigen dos dragones con cuerpos de león representantes de las mascotas del Dios Gnium protector de ese país. Las del centro sostienen lo que aparenta ser una pagoda. Todo el frente está adornado con mármol italiano de Carrara y telones rojos y azules que descienden desde el techo con bordes en oro.

– Dios, nunca deja de sorprenderme este lugar –

Luego de dejar el vehículo al un joven para que lo aparque, se dirige invitación en mano hacia la entrada principal donde se encuentra apostado un dispositivo de seguridad conformado por oficiales Ghinjanos vestidos de civil. Una vez frente al detector de metal y mientras conversa con un apareja que se encuentra justo en la fila paralela, escucha que le solicitan su invitación. Cuando dirige la mirada hacia el portero, palideció en fracciones de segundos: se trataba de la persona que lo interceptara unos minutos atrás en el semáforo.

Inicio
Anterior - Siguiente
Tags:

lunes, octubre 16, 2006

El Comienzo

Al igual que en las demás capitales del mundo, la mayoría de los habitantes de Methenea proviene del interior del país. Este precisamente es el caso de Daniel Espírraga. Sus abuelos paternos se mudaron jóvenes a la capital con la ilusión darle mejor vida a sus hijos. Luego de años de trabajo, forjaron una compañía licorera que con los años fue consolidándose hasta convertirse en una de las empresas más importantes del país.

Hijo de Don Manuel Espírraga, uno de los empresarios mas influyentes de la ciudad, Daniel solo espera por la presentación de su tesis para obtener el título de periodismo en la universidad central de Methenea. Esto es algo de lo que su padre no se enorgullece mucho al parecer –No entiendo como pretendes manejar el legado de la familia con cuentecitos y chismes de barrio– suele decirle. Aunque no apruebe del todo sus sueños, Don Manuel utilizó sus influencias para conseguirle una posición en el diario más importante y poderoso del país: El Reportero.

Espigado, de pelo muy negro y de semblante pálido, Daniel siempre suele salirse con las suyas. De personalidad alegre y extrovertida, algunos de sus compañeros lo han tildado de Don Juan por la “suerte” que tiene con las mujeres y la forma en la que termina sus relaciones sentimentales con ellas al tiempo que las convierte en mejores amigas; todo un maestro en el tema.

Hace tan solo un año que trabaja en el diario y ya se ha ganado el respeto del jefe de redacción además del cariño de sus compañeros. A pesar de no contar aún con su título, es el favorito para cubrir las actividades más importantes que acontecen tanto en el ámbito político como el social. Una duda que siempre lo atormenta es no saber si se ha ganado esto por meritos propios o por ser el hijo de su padre.

–Nos vemos esta noche en la recepción jefe­–.
–Recuerda Danny, no quiero que lleves acompañante, estás trabajando esta noche, ¿ok? –
–¿Alguna vez lo he decepcionado jefe?­–
–SI, ya lárgate–

La recepción se llevará a cabo en la embajada de Ghinjania en donde se espera que el embajador de ese país anuncie un acuerdo entre naciones. El embajador ya era considerado celebridad y una de las características predominantes en sus recepciones consiste en la gran cantidad de personalidades de todos los estratos que se dan cita. –Espero que en esta ocasión el embajador no sea cachado in fraganti nuevamente–.

Ya en la noche y de camino a la embajada, Danny conduce un lujoso vehículo convertible del año valorado en 135 mil dólares. Lo recibió como regalo de cumpleaños de parte de su madre quién lo escuchara comentar con unos amigos que le habría gustado tener uno. Al principio lo rechazó argumentando modestia pero se vio en la necesidad de sucumbir ante esa postura pues tendría que utilizarlo como parte de otra de sus tretas de conquistador.

Justo a 5 minutos del lugar, decide sacar su teléfono móvil para llamar una amiga. –Pobre Mari Fer– Se dice en tono burlón. El parabrisas delantero refractaba la luz roja del semáforo que detenía su marcha cuando de repente, y saliendo de la nada, alguien se le fue encima.


Inicio
Anterior - Siguiente
Tags: